- ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué se ha encendido tu furor contra las ovejas de tu prado?
- Acuérdate de tu congregación, la que adquiriste desde tiempos antiguos, la que redimiste para hacerla la tribu de tu herencia; este monte de Sion, donde has habitado.
- Dirige tus pasos a los asolamientos eternos, a todo el mal que el enemigo ha hecho en el santuario.
- Oh mi Cristo, el que es bienintencionado,
- como santo se ha postulado;
- porque tu majestuosa sangre, le ha sido indulgente sobre todo agravio.
- La Biblia dice: Tus enemigos vociferan en medio de tus asambleas; han puesto sus divisas por señales.
- Se parecen a los que levantan el hacha en medio de tupido bosque.
- Y ahora con hachas y martillos han quebrado todas sus entalladuras.
- Han puesto a fuego tu santuario, han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra.
- Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez; han quemado todas las sinagogas de Dios en la tierra.
- Oh Sumo Hacedor, Tú has tenido propósito con los celosamente espirituales;
- no con los envilecidos sin norte.
- Raer sus ataduras,
- fue siempre incumbencia
- de tu excelsa diestra.
- La Biblia reseña: No vemos ya nuestras señales; no hay más profeta, ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
- ¿Habrá cuándo, oh Dios, nos afrentará al angustiador? ¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre? ¿Por qué retraes tu mano? ¿Por qué escondes tu diestra en tu seno?
- Oh Eterno, no nos dejarás sin tu bendito amparo,
- porque la gracia de tu diestra, está sobre tu afligido pueblo.
- La Biblia enseña: Pero Dios es mi rey desde tiempo antiguo; el que obra salvación en medio de la tierra.
- Dividiste el mar con tu poder; quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas.
- Magullaste las cabezas de leviatán, y lo diste por comida a los moradores del desierto.
- Abriste la fuente y el río; secaste ríos impetuosos.
- Tuyo es el día, tuya es la noche; tú estableciste la luna y el sol.
- Tú fijaste todos los términos de la tierra; el verano y el invierno tú los formaste.
- Oh Rey de la gloria, tu ley es excelsa,
- y con inmenso candor nos amas.
- Pero hicimos desdén de la pureza de tu mandamiento.
- Y por ser codiciosos,
- pendemos del abismal Seol,
- al arrastrar un ancestral e inicuo lastre.
- La Biblia constata: Acuérdate de esto: que el enemigo ha afrentado a Jehová, y pueblo insensato ha blasfemado tu nombre.
- No entregues a las fieras el alma de tu tórtola, y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos.
- Mira el pacto, porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia.
- No vuelva avergonzado el abatido; el afligido y el menesteroso alabarán tu nombre.
- Levántate, oh Dios, aboga tu causa; acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día.
- No olvides las voces de tus enemigos; el alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.
- Oh Hijo del Hombre,
- a tu santo nombre estamos asidos.
- Y en tu grandiosa excelencia,
- el sagrado linaje,
- oh Rey de reyes, es el que respladecía,
- dando a tus hijos luz eternamente.
- Paz de Cristo
miércoles, 15 de febrero de 2023
SALMO 74:1-3 EN CRISTO
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