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miércoles, 15 de febrero de 2023

SALMO 74:1-3 EN CRISTO

  • ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué se ha encendido tu furor contra las ovejas de tu prado?
  • Acuérdate de tu congregación, la que adquiriste desde tiempos antiguos, la que redimiste para hacerla la tribu de tu herencia; este monte de Sion, donde has habitado.
  • Dirige tus pasos a los asolamientos eternos, a todo el mal que el enemigo ha hecho en el santuario.
  • Oh mi Cristo, el que es bienintencionado,
  • como santo se ha postulado;
  • porque tu majestuosa sangre, le ha sido indulgente sobre todo  agravio.

  • La Biblia dice: Tus enemigos vociferan en medio de tus asambleas; han puesto sus divisas por señales.
  • Se parecen a los que levantan el hacha en medio de tupido bosque. 
  • Y ahora con hachas y martillos han quebrado todas sus entalladuras.
  • Han puesto a fuego tu santuario, han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra.
  • Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez; han quemado todas las sinagogas de Dios en la tierra.
  • Oh Sumo Hacedor, Tú has tenido propósito con los celosamente espirituales;
  • no con los envilecidos sin norte.
  • Raer sus ataduras, 
  • fue siempre incumbencia 
  • de tu excelsa diestra. 

  • La Biblia reseña: No vemos ya nuestras señales; no hay más profeta, ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
  • ¿Habrá cuándo, oh Dios, nos afrentará al angustiador? ¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre? ¿Por qué retraes tu mano? ¿Por qué escondes tu diestra en tu seno?
  • Oh Eterno, no nos dejarás sin tu bendito amparo,
  • porque la gracia de tu diestra, está sobre tu afligido pueblo.

  • La Biblia enseña: Pero Dios es mi rey desde tiempo antiguo; el que obra salvación en medio de la tierra.
  • Dividiste el mar con tu poder; quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas.
  • Magullaste las cabezas de leviatán, y lo diste por comida a los moradores del desierto.
  • Abriste la fuente y el río; secaste ríos impetuosos.
  • Tuyo es el día, tuya es la noche; tú estableciste la luna y el sol.
  • Tú fijaste todos los términos de la tierra; el verano y el invierno tú los formaste.
  • Oh Rey de la gloria, tu ley es excelsa,
  • y con inmenso candor nos amas. 
  • Pero hicimos desdén de la pureza de tu mandamiento.
  • Y por ser codiciosos,
  • pendemos del abismal Seol,
  • al arrastrar un ancestral e inicuo lastre.  

  • La Biblia constata: Acuérdate de esto: que el enemigo ha afrentado a Jehová, y pueblo insensato ha blasfemado tu nombre. 
  • No entregues a las fieras el alma de tu tórtola, y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos. 
  • Mira el pacto, porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia.
  • No vuelva avergonzado el abatido; el afligido y el menesteroso alabarán tu nombre. 
  • Levántate, oh Dios, aboga tu causa; acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día. 
  • No olvides las voces de tus enemigos; el alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente. 
  • Oh Hijo del Hombre, 
  • a tu santo nombre estamos asidos. 
  • Y en tu grandiosa excelencia, 
  • el sagrado linaje,
  • oh Rey de reyes, es el que respladecía,
  • dando a tus hijos luz eternamente. 
  •              Paz de Cristo 

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