- Mira, oh Jehová, estoy atribulada, mis entrañas hierven. Mi corazón se transforma dentro de mí, porque me rebelé en gran manera. Por fuera hizo estragos la espada; por dentro señoreó la muerte.
- Oyeron que gemía, mas no hay consolador para mí; todos mis enemigos han oído mi mal, se alegran de lo que tú hiciste. Harás venir el día que has anunciado, y serán como yo.
- Venga delante de ti toda su maldad, y haz con ellos como hiciste conmigo por todas mis rebeliones; porque muchos son mis suspiros, y mi corazón está dolorido.
- Oh mi Cristo, con tu gloriosa presencia nos santificaste.
- Y porque fuera de ti, oh gran Yo Soy, no hay Dios,
- es por lo que la multiforme gracia nos ha bendecido.
- Oh Santo de Israel,
- en la revelación de tu majestuoso nombre conocimos la única libertad.
- Y celosamente asidos a la Cristocéntrica fe,
- fuimos libertos en su verdad.
- Oh Cristo Redentor,
- tu sacrificio en la cruz del Calvario, redimio a toda la humanidad.
- Y te humillaste hasta la muerte por amor;
- siendo tu gloriosa recompensa, el que las almas se revistieran de santidad.
- Oh Cristo Jesús,
- de la densa tiniebla,
- nos llevaste a tu admirable luz,
- para que nuestra alma incredula, pudiera percibir la gloria eterna.
- Oh Alfa y Omega,
- gracias te damos por ser nuestro Dios.
- Y es que, el gozo del Señor es nuestra fortaleza,
- para en su santísima memoria vivir regocijados.
- Paz de Cristo
viernes, 10 de febrero de 2023
LAMENTACIONES 1:20,21 EN CRISTO
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