- Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
- Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
- Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
- No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosa tenéis necesidad, antes de que vosotros le pidáis.
- Oh mi Cristo, en la oración, el que es pobre en espíritu, te pide que seas grande en misericordia,
- para que colmes de gracia al que está afligido.
- Sé Tú, piadoso, oh Señor, con los que están espiritualmente heridos,
- y se redujera el tiempo en el que sufríais.
- Oh Cristo Redentor,
- Tú hiciste la obra perfecta en la cruz del Calvario.
- Y nadie ha podido, ni podrá dar tanto amor,
- en tan glorioso santuario.
- Oh Cristo Jesús,
- a tus siervos nos sigue sorprendiendo la inmediatez de tus excelsos milagros.
- ¡Gloria al que vive en la inaccesible luz;
- porque en Él están nuestros anhelos santos!
- Oh Cristo Altísimo,
- no es facil entender, que por fe sino dudas se pueden mover montañas.
- Pero al tener la libertad de entra en el Lugar Santísimo;
- postrado a tus pies, nuestras peticiónes, de acuerdo a tus riquezas en gloria nos serán concedidas.
- Oh Santo de Israel,
- orando al Eterno, en el huerto de Getsemaní, sudaste gotas de sangre.
- Pero argűiste que no fuera tu fe,
- sino la voluntad del Padre.
- Paz de Cristo
viernes, 24 de febrero de 2023
MATEO 6:5-8 EN CRISTO
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