Abra el necio la prisión en Cristo,
para hacer minucioso el camino a seguir;
y escudriñar en el Sagrado Escrito,
la Preciosa Sangre de Jesús, que le ha de redimir.
Oh Cristo, Tú eres el dueño de mi alma;
y cometí traición,
sojuzgando la excelencia del que ama,
arrepentido de corazón.
Privilegio de oro es la Santidad,
que Jesucristo te ofrece
en la Eternidad,
si ciñes a tu corazón su mensaje.
Por tus fuerzas
todo esta expuesto,
sin Cristo, a las miserias
del inconverso.
Clama al Señor,
con trompeta de fuego,
para que el Santo amor
fluya en la Gloria del Firmamento.
Paz de Cristo
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