Oh Cristo, la sabiduría Eterna,
ha de ser esencia de temor en nuestro conocimiento.
La Palabra, es poderosa enseñanza viva,
del humano pensamiento.
Oh Cristo Jesús, en tu amor,
solo hay fragancia pura.
Y no existe el temor;
porque del Espíritu es la llenura.
Oh Señor Jesús, creaste los Cielos,
para derramar bendición.
De tu Evangelio son los textos,
que dan Santidad al corazón.
Oh Señor Jesucristo, tu sórdida Crucifixión,
nos ha de redargüir el alma.
No hay temor de más aflicción,
que desamar al que más ama.
Oh Señor Omnipotente, el temor
de tu Escritura da revelación.
Y eres un auténtico adorador,
cuando has dado el verdadero paso de Salvación.
Paz de Cristo
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