En un lugar Santísimo
madura el fruto especial,
que es semilla consagrada del Altísimo,
sazonada con su provisión espiritual
Oh Cristo, alma eres de la Santa tierra frondosa,
que ve crecer
el Árbol Sagrado de la Vida:
Santuario, para los que en ti pueden creer.
El fruto del Espíritu Santo
goza de la paz;
y es manifiesta excelencia del salvo,
en la Majestuosa Eternidad.
Presenta la Verdad
a tu corazón,
para que sea consumador de la bondad;
y suplique en Cristo, el eterno fruto del perdón.
Oh Señor, somos un tesoro
de precio inescrutable,
en el vivificante río áureo
de tu linaje.
Oh Señor Jesucristo, guardanos en tu libertad,
que es la Gracia;
para ser purificados por la preciosa sangre de tu piedad,
que nos dio Salvación en abundancia.
Paz de Cristo.
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