Tu entendimiento insalubre,
no propicia el milagro.
Oh Cristo, muéstrame la cumbre,
que es dádiva perfecta de tu Santuario.
Ante la Roca, postrado,
con gozo me arrepiento;
y construyo la fortaleza del bienaventurado,
que de la Gloria es fundamento.
Aún, sin creer,
el milagro es manifiesto en tu vida;
pero si clamas a Dios el poder,
podrás ver su radiante provisión ungida.
Busca al Señor con fe,
para interiorizar su bendición;
y la Gracia, que no se ve,
será derramada en la Santidad del corazón.
En la voluntad de Cristo vives,
dale toda la Gloria a Él,
porque milagro del Señor eres,
cuando adoras sus Eternos pies.
Paz de Cristo
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