En la Tierra sobrenatural
dieron fruto las semillas de Cristo,
que desde su Gloria Celestial
derramó; para dar alimento al Santo y al inicuo.
Oh Señor, las semillas humanas
son tu obra maestra;
y a su corazón demandas,
que sea buena su ofrenda.
Oh Jesús, tu semilla fue Sagrada
en la concepción del Santo Espíritu;
y María la madre bienaventurada,
dio a luz al Redentor, que es nuestro Señor Jesucristo.
De Jesucristo es el milagro,
que creo toda semilla
en el Misterio Eterno:
bendiciendolas, con el poder y excelencia de la vida.
Administra bien lo que Dios te ha dado,
porque tú eres Templo del Espíritu Santo;
y has sido creado,
para ser su adorador sin tiempo.
Paz de Cristo.
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