Oh Cristo, oro en tu presencia,
postrado de corazón;
para que me bendigas, con la Gracia
del perdón.
postrado de corazón;
para que me bendigas, con la Gracia
del perdón.
En tu altar de conversión,
guarda el alma;
para que sea el lugar de Santísima oración,
que a Cristo ama.
Las promesas
del Señor, se manifiestan
en su Palabra
y solo orando, los Cielos las derraman.
Bendita señal es la oración,
que inicia el tiempo de Dios,
con el poder de transformar, en Santa Unción,
cuando a su Gloria clamamos.
Dudar,
es el veto en la oración;
todo lo que pides ha de sobreabundar,
si a Cristo amas con el corazón.
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