Llénate del amor de Cristo;
porque en su presencia
se ve el milagro,
que es luz de la excelencia.
Oh Señor Jesucristo,
derrama de lo alto tu celestial Gracia,
que es el Espíritu Santo:
eterna comunión del alma.
Alabado Señor Santo,
Tú eres mi invulnerable fortaleza;
siento en tu mano
el refugio de mi existencia.
Oh Jesús, enséñame la Eternidad,
para que pueda adorar;
en libertad,
tu majestuosa forma de amar.
Da el paso
y ama a Cristo;
para sentir el gozo
de su Santo Espíritu.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario