1 JUAN 4:1-3 EN CRISTO

• Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
• En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y ahora ya está en el mundo.
• Oh Cristo Jesús, la cobardía es propia del impostor que vive en estado moribundo; 
• porque en su impiedad se manifiesta lo depravado y nauseabundo. 
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• La Biblia dice: Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. 
• Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.
• El que ama a Dios, de todo lo indigno le preservará;
• porque en la verdad de su corazón, vive el Santo Espíritu. 
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• La Biblia enseña: Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
• Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. 
• Oh Altísimo Señor Jesucristo, el impío que finge sin escrúpulos, nunca te engañará;
• porque el corazón del desalmado, oh Alfa y Omega, será pesado con la justicia de tus balanzas sagradas. 
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• ¿Piensas qué con los rudimentos de tu ignorancia, podrás burlar al que padeció el mayor suplicio en la cruz del Calvario, 
• para redención de la obscena humanidad?
• ¡Oh Soberano Redentor, nada de lo que Tú creaste en tu glorioso santuario, 
• se desdice o es contrario a la santísima verdad!
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• La Biblia constata: Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen.
• Porque el conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo.
• Oh Todopoderoso Salvador, únicamente los carentes de sabiduría se envanecen;
• no reconociendo que sin tu gracia, oh Señor, nada puede hacer el ser humano arrogante, altivo y fatuo.
•                    Paz de Cristo