- Oh Cristo Jesús,
- tu pensamiento eterno está en la Sagrada Escritura.
- Y al corazón de piedra lo transformaste en un corazón de carne; cuando, oh Señor, tu bautismal luz,
- convirtió al ser humano en una nueva criatura.
- Oh Soberano Señor, no se hará mayor solemnidad,
- sino en la lectura de tu Sagrada Palabra.
- Porque en ella está la eterna verdad,
- para el que al Rey de reyes ama.
- Oh Sumo Alfarero, nada nos será revelado, a través de nuestra racionalidad,
- si no llamamos a Jesús, Señor por el Espíritu.
- Y es que, sin santidad,
- nadie verá el rostro del Altísimo Señor Jesucristo.
- Oh Rey de la gloria, como siervos genuinos hemos conocido tus bíblicos milagros;
- pero no hemos podido tener conocimiento de su intrínseca sabiduría.
- Y sabemos que tendremos ilimitada gracia de lo alto, en el arrebatamiento con cuerpos glorificados,
- por el Señor Omnipotente, en el que nuestra alma se gloría.
- Jesús, dijo: Sí, Padre, porque así te agradó.
- Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
- Desde antes de la fundación del mundo, el Eterno nos escogió.
- para que con santísimo celo nos pudiéramos en Él gloriar.
- Paz de Cristo
jueves, 27 de mayo de 2021
NUESTRO CONOCIMIENTO ES EXIGUO EN CRISTO
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