- Oh Cristo, cuando uno interioriza lo perfecto de la creación,
- la fe se sobredimensiona, oh Soberano Señor, en tu manifestación en carne.
- Y es que, oh Hijo del Hombre, tu ministerio público, vivifica a tal extremo al corazón;
- que la gracia de tu preciosa sangre derramada en el Calvario es salvación, para el que en tu nombre cree eternamente.
- Oh Alfa y Omega,
- Tú eres el primero y el último, el principio y el fin.
- Y de tu excelsa diestra,
- pende nuestro eterno y glorioso existir.
- Oh Cristo Jesús,
- únicamente las mentes fatuas,
- han determinado que en su entenebebrecido ser, no se haga visible, oh Señor, tu admirable luz;
- porque en la obscuridad ignominiosa, permanecen sus endemoniadas almas.
- Jesús, dijo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
- Y también: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá.
- Oh Alto y Sublime, tu gloria en nuestra inmortalidad está indefectiblemente concernida;
- y ninguna execrable necedad, de ella nos apartará.
- Oh Todopoderoso Señor Jesucristo, solo el que no tiene conocimiento de la Sagrada Escritura,
- hace desdén de la salvación del alma.
- Y así, el ser humano en su empecinamiento nunca sabrá, qué es ser en Cristo nueva criatura,
- para morar en la nueva Jerusalén eterna.
- Paz de Cristo
jueves, 13 de mayo de 2021
LO EXECRABLE, ANTÍTESIS DE TU EXCELSA DIESTRA, OH CRISTO
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