- Oh mi Cristo,
- a ti te agrada que busquemos tu rostro a tiempo y fuera de tiempo.
- Y sabiduría de lo alto nos da el Santo Espíritu;
- cundo invocamos tu sobrenatural presencia, con inefable celo.
- Oh Sumo Alfarero,
- nada te fue impedimento,
- en la creación del perfecto universo;
- porque con la sublime huella indeleble; lo que no se veía, lo hizo visible el Eterno.
- Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.
- Jesús, dijo: Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
- Oh Santo de Israel, en tu nombre no ha lugar las almas condenadas;
- porque lo que se había perdido, Tú viniste a salvarlo.
- Oh Sumo Redentor,
- al que vive en la carne, le ha sido indiferente tu execrable sacrificio en la cruz del Calvario.
- Y no podrá nunca regocijarse, oh Señor,
- en el glorioso olor fragante de tu excelso santuario.
- Oh Sumo Salvador,
- tu muerte, sepultura y resurrección, a tus genuinos siervos nos dieron vida eterna.
- Y con tu sagrado amor,
- oh Rey de reyes, fueron revestidas las almas salvas de sagrada belleza.
- Paz de Cristo
domingo, 30 de mayo de 2021
LO ESENCIAL ES AGRADARTE, OH CRISTO
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