NO HAY BONDAD, SINO EN CRISTO

• No existe en la tierra ningún espacio,
• donde no se manifieste tu gloriosa bondad, oh Cristo. 
• Es tal la grandeza de tu sobrenatural beneplácito, 
• que nos has dado el poder de lo alto, por la gracia de tu Santo Espíritu.
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• La Biblia dice: Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas.
• De los pecados de mí juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehová.
• Oh Cristo Redentor, sé propicio, para que vean tu rostro las escogidas almas eternas,
• que a sus nombres, oh Señor, tu excelsa diestra glorificará.
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• La Biblia enseña: ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derramará como fuego, y por él se hienden las peñas.
• Jehová e bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían. 
• La deliberada oposición con el Omnipotente, te arrastrará al infierno de llamas perpetuas.
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• La Biblia constata: Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal: y al afecto fraternal, amor.
• Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 
• Oh Soberano Salvador, 
• por tu gracia estamos consagrados, y somos probos discípulos en la verdad del Santo Espíritu.
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• La Biblia asevera: Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre. 
• Entonces la doctrina de Unicidad doblegará, por fin, a las herejes e incrédulas naciones. 
• Y sabrán meridianamente, 
• que Jesucristo es el gran Yo Soy; y que la humanidad solo será salva, cuando reciba la unción de sus eternas bendiciones.
•                      Paz de Cristo