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domingo, 23 de mayo de 2021

ETERNO ES EL ESPACIO EN TU SOLEMNE ADORACIÓN, OH CRISTO

  • He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleva la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. 
  • Asidos a tu excelsa diestra, oh Señor, permaneceremos en adoración.
  • Oh Todopoderoso Rey de la gloria, únicamente tus verdaderos siervos en ti se gloriarán;
  • porque con gozo superó las pruebas, su quebrantado corazón.
  •  
  • La Biblia dice: La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella. 
  • Tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, oh Cristo Redentor, dio pureza a nuestro ser.
  • Nadie sabe, sino Tú, oh Sumo Salvador, quienes serán la almas arrebatadas de tu amada Iglesia;
  • pero en las bodas del Cordero, sus vestiduras blancas darán fe.

  • Jesús, dijo: El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 
  • Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 
  • Oh Soberano Señor Jesucristo, 
  • los que hemos creído en tu santo nombre, sabemos que eres per se.

  • Jesús, enseña: Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 
  • Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. 
  • Oh Cristo Jesús, en inmarcesible vigilia las almas que te adoran persisten.
  • Porque no hay otro Dios digno de adoración, sino el que es, el que era, y el que ha de venir: el Santo de Israel. 

  • Jesús, constata: He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. 
  • Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 
  • Oh Sumo Alfarero, en la visión de tu rostro, no habrá adoración más plena.
  • Porque el regocijo glorioso de las almas eternas, será haber traspasado el umbral del cielo. 
  •                        Paz de Cristo 

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