- Oh Cristo, tal es el estricto límite de la humanidad,
- que le condiciona la errática respuesta de su corazón.
- Oh Alto y Sublime, es siempre tu santa voluntad,
- la que se impone sobre nuestra sinrazón.
- Oh Altísimo Señor,
- el ser humano se mueve sometido a la mentira.
- Y en este abismal desamor,
- está su alma concernida.
- Oh Santo de Israel,
- tú viniste a deshacer las obras del diablo.
- Y en la fuente de tu Sagrada Palabra, sacia el pobre de espíritu su sed;
- porque, oh Rey de la gloria, en tu nombre se ha santificado.
- Oh Rey de reyes y Señor de señores,
- cada mañana son nuevas tus misericordias.
- Y por tus gloriosos favores,
- han salido del pozo hediondo las almas que en el obscurantismo estaban irremisiblemente sumidas.
- Jesús, dijo: El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
- El que halla su vida la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.
- No cometas la gran necedad de confiar en ti;
- permite que el Altísimo Señor Jesucristo, dirija tus titubeantes pasos; y su perfecta gloria, en tu vida se manifestará.
- Paz de Cristo
jueves, 20 de mayo de 2021
EL SER HUMANO, NO SE AFIRMA EN TU VOLUNTAD, OH CRISTO
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