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sábado, 15 de mayo de 2021

MATEO 12:36,37 EN CRISTO

  • Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
  • Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado. 
  • Tus sentencias son indubitablemente justas, oh mi Cristo. 
  • Y serán de confusión y vergüenza por la eternidad para el inicuo, y de gloria eterna para el bienaventurado. 
  •  
  • Oh Cordero inmolado, Tú eres el autor y consumador de la fe;
  • y les recriminaste a los apóstoles su incredulidad.
  • No hay dificultad mayor, que tener certeza sobre lo que no se ve;
  • pero la duda nuca existirá, para el que recibe gracia del Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, y cree en su eterna verdad. 

  • La Biblia dice: Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. 
  • Pero tenemos este tesoro en vaso de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. 
  • Oh Santo Espíritu, 
  • de tu Sagrada Palabra somos heraldos verdaderos e impertérritos. 

  • La Biblia enseña: Y vinieron los discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!
  • Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. 
  • Oh Cristo Redentor, por la fe en tu santo nombre, todo lo resolvemos; 
  • porque manifiesta es en nuestro ser, oh Señor, tu bienaventuranza. 
  •  
  • Jesús, dijo: Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
  • Oh Sumo Creador, antes de la fundación del mundo, escogiste a tu amada Iglesia.
  • Nada será impedimento, oh Rey de la gloria, para que a tus consagrados discípulos los sustenten tus eternos mimbres.
  • Y que ilumine nuestros corazones, la estrella resplandeciente de la mañana, en el estruendoso toque de la final trompeta.
  •                      Paz de Cristo 

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