- Estimada Ana,
- cada momento de tu vida es irrepetible en Cristo.
- Porque Él siempre te ama,
- con la pureza del Santo Espíritu.
- El fragante aroma de la rosa,
- te eleva con sus alados pétalos de eternidad.
- Oh Cristo Redentor, nada es tan perfecto como tu gloria,
- al ser el sagrado refugio de la santísima verdad.
- Ana, en el amor de Cristo Jesús,
- encontrarás la genuina paz.
- Porque únicamente en su majestuosa luz,
- se hace visible la santa faz.
- Paz de Cristo
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