- Oh mi Cristo,
- guárdanos en la excelencia.
- Haz que el viento de Sion eleve nuestro espíritu,
- para sentir, oh Señor, tu celestial presencia.
- Oh Santo de Israel,
- Tú viniste a deshacer las obras del diablo.
- Y de gracia reverberaste nuestra fe,
- para deleitarnos en el reino que se nos había acercado.
- Oh Hijo del Hombre,
- sin fe, al ser humano, le es imposible quebrantarse espiritualmente a los pies del Eterno.
- Y no otra, sino la revelación de su majestuoso nombre,
- es la que nos ayudará a abrir la puerta del cielo.
- Oh Cristo Redentor,
- en la cruz del Calvario, consumaste la obra perfecta.
- Y a nuestro incrédulo corazón, oh Rey de la gloria, solo le doblegará tu excelso amor;
- cuando no vea su alma arrebatada, con los santos de la amada Iglesia.
- Oh Alfa y Omega,
- del universo creado
- se desprende tu bíblica promesa,
- que es la gloriosa salvación del bienaventurado.
- Paz de Cristo
jueves, 30 de junio de 2022
ALÚMBRAME EN LAS TINIEBLAS, OH CRISTO
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