- Oh mi Cristo,
- en los días de tu carne fuiste en innumerables veces tentado; pero siempre tornaste la abominación del diablo en clamorosa vitoria.
- Y es que, en el mundo se perpetúa la apología de lo maldito,
- ante la imposibilidad de vencer al Rey de gloria.
- Oh Hijo del Hombre,
- Tú viniste a deshacer las obras del diablo.
- Y con tu muerte en la cruz del Calvario, venciste al imperio de la muerte,
- para salvar al irreverente e inicuo ser humano.
- Oh Cristo Jesús,
- la transparencia de tu santísima verdad solo emana pureza.
- Y Tú, oh Señor, habitas en la inaccesible luz,
- que guarda la eterna certeza.
- Oh Santo de Israel,
- tu gloria se manifestó en innumerables milagros.
- Y sucedieron de repente,
- cuando por fe y para fe eran sanados.
- Oh Sumo Creador,
- con la Sagrada Palabra diste forma al universo.
- Y con tu sobrenatural resplandor,
- nos hiciste nuevas criaturas del glorioso reino.
- Paz de Cristo
domingo, 5 de junio de 2022
LA CARNE NO DOBLEGA AL ESPÍRITU EN CRISTO
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