- Oh mi Cristo,
- no ha lugar las circunstancias para el sacrificio de alabanza.
- Es en el quebrantamiento de espíritu,
- donde se hace manifiesta la bienaventurada esperanza.
- Oh Alto y Sublime,
- la conversión superficial,
- a ningún alma redime;
- porque no hay otro vínculo perfecto, sino la provisión del amor celestial.
- Oh Soberano Redentor,
- en la cruz del Calvario se produjo tu mortal sacrificio.
- Y nadie nunca ofrendó tan piadosa respuesta de esplendoroso candor,
- en el más vil y lacerante suplicio.
- Oh Hijo del Hombre,
- la amada Iglesia que arrebatarás en las nubes, es tu santo cuerpo.
- Y no otros, sino los que somos adoradores de tu majestuoso nombre,
- estaremos contigo, oh Señor, en el paraíso eterno.
- Oh Santo de Israel,
- hasta los pelos de nuestras cabezas tienes contados.
- Y es de tus siervos un grandioso anhelo, que no haya reservas en su fe,
- para que en el día postrero sean bienaventurados.
- Paz de Cristo
domingo, 5 de junio de 2022
EL CORAZÓN ENDURECIDO NO TE ALABA, OH CRISTO
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