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miércoles, 31 de enero de 2024

ECLESIASTÉS 8:1,2 EN CRISTO

  • ¿Quién como el sabio? ¿Y quién como el que sabe la declaración de las cosas? La sabiduría del hombre ilumina su rostro, y la tosquedad de su semblante se mudará. 
  • Te aconsejo que guardes el mandamiento del rey y la palabra del juramento de Dios. 
  • Oh mi Cristo, la Sagrada Palabra de todo mal preservará, 
  • a los auténticos discípulos que obedecen sus bíblicos preceptos. 

  • No te apresures a irte de su presencia, ni en cosa mala persistas; porque él hará todo lo que quiere.
  • Pues la palabra del rey es con potestad, ¿y quién le dirá: ¿Qué haces?
  • Oh Santo, un advenedizo es el que pretende,
  • hacer cualquier distorsión de tus sagrados bienes. 

  • El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio. 
  • Porque para todo lo que quisieres hay tiempo y juicio; porque el mal del hombre es grande sobre él;
  • pues no sabe lo que ha de ser; y el cuándo haya ser, ¿quién se lo enseñará?
  • Oh Altísimo Jesucristo, 
  • Tú eres el autor y consumador de la fe.
  • Y el que reciba la gracia de creer; será el siervo digno, que con ella misma exhortará. 

  • No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee.
  • Todo esto he visto, y he puesto en mi corazón en todo lo que debajo del sol se hace; hay tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre para mal suyo.
  • Oh Hijo del Hombre, nuestra propia gloria es la que nos envanece;
  • porque con el errático deambular, desechamos lo doctrinalmente puro.
  •                      Paz de Cristo 

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