LA IDOLATRÍA, ANATEMA EN CRISTO

• La Biblia enseña: Y habló Dios estas palabras, diciendo:
• Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
• No tendrás dioses ajenos delante de mí. 
• No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 
• No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
• y hago misericordia a millares, a los que aman y guardan mis mandamientos.
• Oh mi Cristo, Tú nos has estado bendiciendo,
• desde antes de la fundación del mundo, hasta el día del fin.
• Y es, oh Señor, tu excelsa diestra, 
• la inexpugnable fortaleza de los que en el nombre que es sobre todo nombre creen,
• y anhelan morar en los gloriosos cielos. 
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• La Biblia dice: Reuníos, y venid: juntaos todos los sobrevivientes de las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva. 
• Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. 
• Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. 
• Por  mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua. 
• Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados. 
• En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel. 
• Oh Alfa y Omega,
• Tú eres el primero y el último, el principio y el fin. 
• En quien te gloriarás, 
• sino en su bendita presencia. 
• Únicamente en tu santo nombre, oh Cristo Jesús, seremos gloriosamente salvos;
• por fe y para fe.
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• Oh gran Yo Soy, 
• tu Iglesia santa,
• anhela el arrebatamiento un día como hoy.
• Sí, la que postrada en tu adoración, oh gran Yo Soy, persevera celosamente consagrada, sin arruga y sin mancha. 
•                               Paz de Cristo