- Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.
- ¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo mío de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos?
- Oh mi Cristo, el que forma parte de tu celestial linaje
- de Sion le han sido propicios los espirituales vientos.
- No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a los que destruyen a los reyes.
- No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los príncipes la sidra;
- no sea que bebiendo olviden la ley, y perviertan el derecho de todos los afligidos.
- Oh Señor de señores,
- porque siempre tendremos a nuestro alcance tu gran misericordia,
- nunca nos sentiremos espiritualmente desprotegidos.
- Dad la sidra al desfallecido, y el vino a los de amargado ánimo.
- Beban, y olvídense de su necesidad, y de su miseria no se acuerden más.
- Oh Cristo Altísimo,
- para morar en tu gloria, estamos abocados a la ferviente santidad.
- Abre tu boca por el mundo en el juicio de todos los desvalidos.
- Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende la causa del pobre y del menesteroso.
- Oh Rey de reyes, de tus heraldos bendecidos,
- partirá el anhelado avivamiento glorioso.
- Paz de Cristo
jueves, 4 de enero de 2024
PROVERBIOS 31:1,2 EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario