- Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.
- Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, a donde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.
- Oh mi Cristo Redentor,
- en la cruz del Calvario, de tu preciosa sangre derramada hiciste el nuevo pacto de la gracia, que sólo salvará al siervo que en tu santo nombre se gloría.
- Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuente el favor, sino que tiempo y ocasión, acontece a todos.
- Porque el hombre tampoco conoce su tiempo, como los peces que son puestos en la mala red, y como las aves que se enredan en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos.
- Oh Rey de la gloria, son tus heraldos santificados,
- los que celosamente predican el Evangelio de la gracia a los atrabiliarios inconversos.
- También vi esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande,
- una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta contra ella grandes baluartes;
- y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre.
- Nada existe que no se substancie,
- oh Rey de reyes,
- con la gracia de tu majestuoso nombre.
- Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.
- Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del Señor entre los necios.
- Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; pero un pecador destruye mucho bien.
- Oh Fiel y Verdadero, son tus grandiosas enseñanzas,
- las que únicamente atan los cabos sueltos;
- y que la impostura de los fariseos, con su vil manipulación pervierten.
- Paz de Cristo
miércoles, 31 de enero de 2024
ECLESIASTÉS 9:9,10 EN CRISTO
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