- Jesús, dijo: Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
- Todo pámpano que en mí no lleva fruto lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
- Y vosotros estáis limpios, por la palabra que os he hablado.
- Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
- Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
- Oh mi Cristo, solícitos estamos en profesar tu inmarcesible amor.
- Tú eres, oh Señor, el primero y el último.
- Y no ha lugar, sin la invocación de tu santo nombre, el persistente desvelo de ser bienaventurado.
- Tú eres, oh Altísimo, el principio y el fin.
- Y nada obrará en pos de nuestra eterna salvación; si en tu nombre que es sobre todo nombre, oh Cristo Jesús, no hemos podido invariablemente creer.
- Oh Cristo Redentor,
- tu sacrificio en la cruz del Calvario,
- asigna el prodigioso honor;
- y obedece a cada solemne conversión, ratificada por el celestial santuario.
- Oh Santo,
- nada tiene espiritual candor,
- sino viene bendecido de lo alto,
- para dar en la penumbra al universo el sobrenatural resplandor.
- Oh Alfa y Omega,
- es en tu bendito regazo,
- donde nuestra santidad se preserva,
- para ser un perfecto heraldo.
- Oh Eterno,
- de tu amada Iglesia,
- en un abrir y cerrar de ojos será el arrebatamiento;
- que es el glorioso anhelo de los santos, por su eterna transcendencia.
- Paz de Cristo
viernes, 26 de enero de 2024
TÚ NO VALES NADA SEPARADO DEL TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO
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