- Oh mi Cristo,
- ¿quién pone en duda que Tú eres del universo el Sumo Señor Soberano?
- Sí, ante la verdad irrefutable del nombre de Jesús, revelado por el Santo Espíritu;
- se postula insumiso el incrédulo mundo profano.
- Oh Sumo Alfarero,
- en tu sobrenatural rueda,
- has dado el espíritu de vida al vaso nuevo,
- que al fin se rindió a tus pies con su rodilla genuflexa.
- Oh Santo de Israel,
- sólo recibirá de gracia,
- el don de la fe,
- el que por la revelación de la Sagrada Palabra, haya raído de su ser la ignominiosa ignorancia.
- Oh Rey de reyes,
- gracias te damos los heraldos, que tenemos el privilegio de anunciar las buenas nuevas de salvación eterna.
- Porque estos son los sagrados bienes;
- que en ningún caso hacen alusión a la espuria queja.
- Oh Santo,
- en tu paraíso morarán,
- los que hayan puesto por obra la sabiduría de lo alto;
- porque con el glorioso ejemplo, oh Señor, de tu majestuoso perdón, siempre al prójimo perdonarán.
- Paz de Cristo
sábado, 13 de enero de 2024
LA QUEJA DEL IMPÍO, CONSECUENCIA DEL YERRO DOCTRINAL EN CRISTO
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