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domingo, 7 de enero de 2024

UNA ES TU GLORIA, OH SOBERANO SEÑOR JESUCRISTO

  •  Tu soberanía, oh Cristo Jesús, 
  • fue consubstancial a la humildad en el establo de Belén.
  • Porque la más grandiosa y sobrenatural luz,
  • los ojos de la humanidad ven.

  • La Biblia dice: Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno,
  • y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. 
  • Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 
  • Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 
  • pero vosotros no creéis, porque no sois mis ovejas, como os he dicho.
  • Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen, 
  • y les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
  • Mi padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 
  • Yo y el Padre uno somos.
  • Oh mi Cristo, 
  • es tu excelsa diestra la que obra a la sazón, 
  • dándote gloria eternamente.
  • Tú eres el principio y el fin,
  • el primero y el último. 
  • Y los que en tu majestuoso nombre creen, obran en tu única verdad, oh Santo. 
  • Porque la gracia del cielo desciende, para los que por el Omnipotente han sido engendrados. 

  • Jesús, enseña: Yo soy el camino,  y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 
  • Si me conocieseis, también a mi Padre coneceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. 
  • Oh gran Yo Soy, 
  • el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.

  • Jesús, explicita: Si me amáis, guardad mis mandamientos. 
  • Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
  • el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. 
  • No os dejaré huerfanos; vendré a vosotros. 
  • Todavía un poco, y el mundo no me verá; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. 
  • En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. 
  • El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. 
  • Oh Soberano Dios, desde la eternidad y hasta la eternidad das gloria a tus bienaventurados pensamientos. 
  • Y tu magnificencia acontece, 
  • en tus probos,
  • y santificados siervos. 
  • En mi regazo os refugiaréis,
  • porque fuisteis santificados, 
  • por fe y para fe.

  • Oh Soberano Señor Jesucristo, 
  • tu preciosa sangre derramada, redimió y justificó nuestro pecado en la cruz del Calvario.
  • Y es la presencia de tu Santo Espíritu, 
  • la que es eternamente manifiesta con majestad y señorío. 
  •               Paz de Cristo 

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