- Tu soberanía, oh Cristo Jesús,
- fue consubstancial a la humildad en el establo de Belén.
- Porque la más grandiosa y sobrenatural luz,
- los ojos de la humanidad ven.
- La Biblia dice: Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno,
- y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.
- Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
- Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
- pero vosotros no creéis, porque no sois mis ovejas, como os he dicho.
- Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen,
- y les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
- Mi padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
- Yo y el Padre uno somos.
- Oh mi Cristo,
- es tu excelsa diestra la que obra a la sazón,
- dándote gloria eternamente.
- Tú eres el principio y el fin,
- el primero y el último.
- Y los que en tu majestuoso nombre creen, obran en tu única verdad, oh Santo.
- Porque la gracia del cielo desciende, para los que por el Omnipotente han sido engendrados.
- Jesús, enseña: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
- Si me conocieseis, también a mi Padre coneceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
- Oh gran Yo Soy,
- el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.
- Jesús, explicita: Si me amáis, guardad mis mandamientos.
- Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
- el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
- No os dejaré huerfanos; vendré a vosotros.
- Todavía un poco, y el mundo no me verá; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.
- En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
- El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
- Oh Soberano Dios, desde la eternidad y hasta la eternidad das gloria a tus bienaventurados pensamientos.
- Y tu magnificencia acontece,
- en tus probos,
- y santificados siervos.
- En mi regazo os refugiaréis,
- porque fuisteis santificados,
- por fe y para fe.
- Oh Soberano Señor Jesucristo,
- tu preciosa sangre derramada, redimió y justificó nuestro pecado en la cruz del Calvario.
- Y es la presencia de tu Santo Espíritu,
- la que es eternamente manifiesta con majestad y señorío.
- Paz de Cristo
domingo, 7 de enero de 2024
UNA ES TU GLORIA, OH SOBERANO SEÑOR JESUCRISTO
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