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viernes, 29 de septiembre de 2023

EN LA AUTOCOMPLACENCIA, NO HA LUGAR TU PREDICACIÓN, OH CRISTO

  • Y escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto.
  • Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soporta a los malos, y has probado a los que dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
  • y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 
  • Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
  • Recuerda,  por tanto, de donde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
  • Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
  • El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré de comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
  • Oh mi Cristo, 
  • en este contexto se definen los actos veleidosos, 
  • del que recurre al sofisma del acomodado.
  • Y busca el subterfugio como remedio del verdadero temor,
  • con la perversión de un uso indebido.
  • No hay nada más grotesco, 
  • que intentar suplantar doctrinalmente a los siervos consagrados. 

  • Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto:
  • Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás, pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. 
  • Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.
  • Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas que yo aborrezco. 
  • Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti proto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
  • El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la pidrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. 
  • Oh Fiel y Verdadero, 
  • nadie podrá enmendarte nada jamás,
  • porque perfecta es tu universal creación. 
  • Y a ti, que como la sombra pasas, por ser como el tamo que se lleva el viento;
  • haz acuciante tu búsqueda del Señor, porque aún puede ser hallado.Y por su gran misericordia; 
  • si con celo le invocares, a tu alma hará verdaderamente libre.

  • Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: 
  • Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
  • Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 
  • Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 
  • Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no descubras la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
  • Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. 
  • He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 
  • Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 
  • El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. 
  • Oh Altísimo Jesucristo, 
  • tu verdadero siervo ha de excluir de su existencia la inercia displicente, 
  • por ser absolutamente perniciosa.
  • Y tornar lo que ha prejuzgado,
  • en espirituales y resolutivas ideas.
  • Apártate de tu contumacia reincidente,
  • al confrontarla con el precepto bíblico. 
  • Y habrás interiorizado la gloria del Eterno, 
  • para predicar la Sagrada Palabra a las almas tibias. 
  •            Paz de Cristo 

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