Powered By Blogger

viernes, 1 de septiembre de 2023

EL QUE CREE EN TU SANTO NOMBRE, VIVIRÁ ETERNAMENTE, OH CRISTO

  • La Biblia dice: Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
  • Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
  • y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 
  • Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. 
  • Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 
  • Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
  • Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Cristo Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 
  • Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;
  • porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 
  • Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 
  • Oh mi Cristo, has sellado espiritualmente a tus verdaderos siervos para que obren en santidad, 
  • y en esta disposición conviven;
  • porque por tu gracia han sido transformados. 
  • Y vuestros nombres están escritos en los cielos, 
  • por fe y para fe. 
  • Y, oh Rey de reyes, darán por ti la vida,
  • los que en tu glorioso nombre han sido acrisolados.
  • Y es que, los que en la sana doctrina estáis firmes; 
  • con el Señor de señores en el día postrero resucitareis,
  • para traspasar el umbral de los bienaventurados. 

  • La Biblia enseña: Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuando nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 
  • Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
  • pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 
  • Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 
  • y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 
  • Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de las manos de mi Padre. 
  • Yo y el Padre uno somos. 
  • Oh Cristo Altísimo, el que no cree, muestra siempre una postura irreverente. 
  • Y en tu paciencia sin fin,
  • oh Santo, les diste tu admirable luz, que no penetró en su espíritu herrático. 
  • No bastó la insolemnidad a los impostores, que en su osadía persisten,  
  • oh Dios, haciendo escarnio de la sabiduría de lo alto. 
  • Y ante tan inmundo linaje,
  • oh gran Yo Soy, no prosperaron tus mensajes santos.

  • La Biblia incide: El que de arriba viene es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.
  • Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. 
  • El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz.
  • Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. 
  • El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano. 
  • El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. 
  • Oh Hijo del Hombre, por tu abominable sacrificio en la cruz del Calvario, fuimos redimidos;
  • pero nadie entendió tu muerte y resurrección, oh Señor; y por lo mismo, la transcendente y excelsa eternidad de tan grandioso binomio.
  •  Y tu crucifixión llevaron a término las ordas de impiedad, 
  • oh Santo de Israel, para segar tu majestuosa vida.
  • La chusma abyecta, oh gran Rey, pensó neciamente que Tú eras un vil engaño;
  • porque nunca les asistió el don de la fe.

  • Oh Alfa y Omega, 
  • hasta los confines del mundo, 
  • esta siendo predicada la Sagrada Palabra;
  • para que no tenga ninguna excusa el que quiera convertirse, y renunciar a su espíritu moribundo. 

  • Oh Alto y Sublime, 
  • un gran celo tienes por tu excelsa gloria;
  • y con el siervo santo, la compartirás únicamente;
  • no antes, oh Cristo Jesús, de haberle coronado en victoria. 
  •                  Paz de Cristo 

No hay comentarios:

Publicar un comentario