- Jesús, dijo: Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos, de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
- Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser albados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
- Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace la derecha,
- para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
- Oh mi Cristo, los que son diametralmente opuestos a tus verdaderos siervos,
- se jactan de su insolencia.
- Y esta actitud maltrecha,
- es contraria al devenir de tu probo discípulo.
- Jesús, enfatiza: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mí Padre que está en los cielos.
- Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
- Y entonces les declararé: Nunca os conoci; apartaos de mí, hacedores de maldad.
- Oh Cristo Jesús, Tú conoces a los que por el cielo fueron santificados,
- porque en el cumplimiento de tus bíblicos preceptos,
- está la piadosa verdad.
- La Biblia dice: Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos immundas?
- Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí.
- Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
- Oh Cristo Altísimo, a tus benditas almas,
- las has preservado del tóxico fariseismo vil,
- que son la antítesis de las celestiales bendiciones.
- La Biblia enseña: A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:
- Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
- El fariseo puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
- ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
- Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
- Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
- Oh Cristo de la gloria,
- Tú eres Santo,
- Santo,
- Santo;
- y en tu juicio obra el amor,
- dando gracia al que se hubiere arrepentido.
- Oh Eterno,
- no existe en otra balanza,
- fiel que lo equilibre el cielo;
- y así dictaminar del humano corazón, su pecaminosidad o bonanza.
- Paz de Cristo
domingo, 10 de septiembre de 2023
LA HIPOCRESÍA DEL SER HUMANO, ES EL PUNTO DE INFLEXIÓN QUE NOS LLEVA A CREER EN TU PERFECTO AMOR, OH CRISTO
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