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domingo, 10 de septiembre de 2023

LA HIPOCRESÍA DEL SER HUMANO, ES EL PUNTO DE INFLEXIÓN QUE NOS LLEVA A CREER EN TU PERFECTO AMOR, OH CRISTO

  • Jesús, dijo: Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos, de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. 
  • Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser albados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 
  • Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace la derecha, 
  • para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 
  • Oh mi Cristo, los que son diametralmente opuestos  a tus verdaderos siervos, 
  • se jactan de su insolencia.
  • Y esta actitud maltrecha, 
  • es contraria al devenir de tu probo discípulo. 

  • Jesús, enfatiza: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mí Padre que está en los cielos. 
  • Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
  • Y entonces les declararé: Nunca os conoci; apartaos de mí, hacedores de maldad. 
  • Oh Cristo Jesús, Tú conoces a los que por el cielo fueron santificados,
  • porque en el cumplimiento de tus bíblicos preceptos,
  • está la piadosa verdad.

  • La Biblia dice: Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos immundas?
  • Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. 
  • Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 
  • Oh Cristo Altísimo, a tus benditas almas, 
  • las has preservado del tóxico fariseismo vil,
  • que son la antítesis de las celestiales bendiciones. 

  • La Biblia enseña: A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 
  • Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 
  • El fariseo puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
  • ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 
  • Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
  • Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido. 
  • Oh Cristo de la gloria,
  • Tú eres Santo, 
  • Santo, 
  • Santo;
  • y en tu juicio obra el amor,
  • dando gracia al que se hubiere arrepentido.

  • Oh Eterno,
  • no existe en otra balanza,
  • fiel que lo equilibre el cielo; 
  • y así dictaminar del humano corazón, su pecaminosidad o bonanza.
  •                 Paz de Cristo 

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