El Señor no retarda su promesa, según algunos la tiene por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
La contumacia del ser humano, oh Rey de reyes, no se le oculta a tu omnisciencia.
Es por su eterna trascendencia un privilegio,
saber que en espiritu y en verdad muchos adoradores, oh Señor Jesucristo, buscan tu majestuosa presencia.
Oh Todopoderoso Señor, tu inequívoca paciencia es meridianamente manifiesta,
instando a todas las almas a guardar con fervor el Evangelio de salvación
Te damos gracia, oh Señor de señores, por tu extrema paciencia,
para que el tiempo dé paso al quebrantamiento del endurecido corazón.
Oh Omnipotente Redentor, Tú eres lento para la ira y grande en misericordia.
Fue tu sacrificio en la cruz del Calvario,
el que nos dio vida y vida en abundancia.
Y con tu muerte, sepultura y resurrección, recibimos la gracia de tu sagrado santuario.
Oh Fiel y Verdadero, el hombre es insolente sin medida,
aun siendo el gran destinatario de tus favores y misericordias.
Será que su obscura displicencia por él siempre pretendida,
le haya condenado, al hacer desdén del llamado a arrepentirse, por el resto de sus días.
El Dios único,
es el que tiene absoluta potestad para apartarte del sordido pecado.
Sé desde este segundo siervo Cristocéntrico con irrepresible perseverancia y ahínco,
y del cielo eterno serás bienaventurado.
Paz de Cristo
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