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miércoles, 9 de octubre de 2019

JUAN 13:20 EN CRISTO

De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
Qué grandioso privilegio es ser testigo del Rey de reyes.
Sin saberlo de antemano, anunciaremos el Evangelio a los que antes de la fundación del mundo Él escogió,
y les serán ofrendados sus sagrados bienes.

Como heraldo de la Palabra,
predicarás en las más adversas encrucijadas de los caminos.
Y nunca desestimarás a ningún alma;
porque solo el Señor de señores, sabe quienes son sus verdaderos hijos.

Has de entender como hijo de Dios,
que te enfrentarás a potestades muy contrarias a la misión encomendada por el Todopoderoso Salvador.
Y los más sagrados propósitos,
se han de cumplir en la solemnidad del predicador.

Jesús, dijo: He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.
La vereda se vuelve enjuta y angosta,
anunciando la salvación del Señor Omnipotente. 
El Rey de la gloria, nos ha otorgado en su nombre, instar a tiempo y fuera de tiempo a que busquen su rostro todas las almas;
y hacerles saber, que damos testimonio del que estuvo muerto, y vive eternamente.

La perfecta manera de vencer al anticristo,
ha de ser anunciar con desvelo, que Cristo Jesús es Dios manifestado en carne.
Y con la indubitable verdad del Santo Espíritu, 
proclamarás al Cordero inmolado que dio su vida por ti, para el que en Él creyera; aun después de morir, resucitare.
                               Paz de Cristo 











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