Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Velad y orad, y poned los ojos en Jesucristo.
Él es el Eterno,
y la verdad derramó con su Santo Espíritu.
La Biblia dice: Y sabemos que a los que ama a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Has de saber que nada es tuyo, todo obra en el poder del Señor Jesús.
Porque de gracia recibimos sus siervos bienaventurados;
y damos de gracia, para dar toda la gloria a su majestuosa plenitud.
Jesús, dijo: ¡Hombres de poca fe de que teméis!
Y es que la incredulidad siempre nos acompaña, como si fuera nuestra propia sombra.
Porque con fe, todo lo que pidieréis,
os será concedido por Cristo Jesús; si no dudare vuestra alma.
Y también: Yo tengo las llaves del infierno y del Hades.
Porque, oh Redentor, Tú eres el dueño de la vida y de la muerte.
Y a quién han de temer los hombres;
si su corazón se ha consagrado, al que de la creación es el Omnipotente.
Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. Y, Jesús, dijo: Antes bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios, y la guardan.
Solo los que perseveran hasta el fin serán salvos.
Oh Fiel y Verdadero, allí pesarás a los corazones que amaron, y a los que nunca amaron ni amarán;
porque perfectos e infalibles son tus sagrados juicios.
Paz de Cristo
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