Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal la inteligencia.
Pero de piedra es el corazón que no entendió.
Y en los erráticos caminos apoyó su propia prudencia,
y en la obscuridad del abismo cayó.
Qué en la irreverencia no caiga tu veleidad,
para no ser sabio en tu propia opinión.
Y es que en el Rey de reyes y Señor de señores, se sustenta la única verdad,
a la sazón.
¿Habrá algo imposible para Dios?
Sabed que en Él habita la omnisciencia.
Y en la sabiduria de sus consejos habréis de ser consagrados,
para que os alumbre la inteligencia.
No sigáis asidos al tenebroso mundo,
que es el causante de todo vuestro mal.
Oh Cristo Jesús, Tú das vida eterna al moribundo,
mostrándole al primogénito de los muertos resucitado del Hades sepulcral.
Si crees en el Señor Jesucristo,
la sabiduria y la inteligencia te alcanzarán.
Busca en la Palabra su Santo Espíritu;
porque sus pensamientos sagrados no pasarán.
Paz de Cristo
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