Para siempre, oh Jehová, permanece tu Palabra en los cielos.
Y nos llevaste, oh Señor, de las tinieblas a tu admirable luz.
Consagrados en tu texto bíblico estamos completos,
oh Todopoderoso Cristo Jesús.
La Biblia dice: Qué toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Y también: Qué toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Por el cumplimiento y predicación de la Palabra, oh Señor, nos concederás el piadoso perdón,
para ser dignos de tu majestuosa gloria.
Porque Tú eres la Palabra, oh Señor Jesucristo;
y la balanza justa que pesa nuestras obras, para tener el alma asida a la eternidad.
Oh Santo Espíritu,
haz que rebose en nosotros la llenura de tu verdad.
Somos un ser tripartito con espiritu, alma y cuerpo,
creados del barro de la tierra por el Omnipotente Rey de reyes.
Nuestra alma ha sido vivificada, oh Señor de señores, por tu santísimo aliento;
y tuyos son todos nuestros sagrados bienes.
Y el Verbo se manifestó en carne,
para darnos a conocer su Palabra; porque la Palabra no pasará.
Tú, oh Hijo del Hombre, has sido, eres y serás nuestro eterno Padre;
y hasta la última tilde de tu Palabra se cumplirá.
Paz de Cristo
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