Oh Cristo, has ceñido nuestro espíritu con un sobrenatural regalo, que es el don de la fe;
y por eso creemos en tu Palabra.
De lo revelado, nada se ve;
pero sus ovejas escuchan la voz de Él cuando les habla.
Sí, oh Cristo Jesús,
el entendimiento espiritual se torna precario a nuestro alcance.
Estamos sujetos indefectiblemente a tu admirable luz;
porque sabemos que la verdad de ti subyace.
Somos acosados constantemente por el calumniador,
oh Señor Jesucristo.
Y tus buenas nuevas de salvacion eterna, nos son veladas por su abominable desamor,
encaminándonos al letal abismo.
Oh Fiel y Verdadero,
de tu Testamento Sagrado nos alimentamos.
Guárdanos en tu santuario perfecto,
para ser heraldos del Evangelio, al que por gracia hemos sido llamados.
Desaprobad la mentira,
que viene mimetizada en la asechanza del maligno.
Y, oh Salvador, que tu cortante espada de dos filos, que es el Espíritu de la Sagrada Escritura;
permita que los nombres de tus irreprensibles siervos, estén escritos en el cielo eterno.
Paz de Cristo
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