El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
Oh Señor Jesucristo, las huellas indelebles de tu creacion siempre nos han hablado.
Aun a los que por tu Palabra no han sido circuncidados,
con tus universales prodigios el palpito de su corazon se ha identificado.
La solemne dimensión espiritual de creer en Cristo Jesús.
radica en saber que tu cuerpo es templo del Espíritu Santo.
Y que somos hijos de luz,
para alabarlo, de por vida, con la sabiduría de lo alto.
Hagamos una mirada introspectiva a nuestro ser,
para evaluar nuestra conducta respecto al Evangelio.
Y podremos con estupefacción ver,
que seguimos con cierta indolencia tan sublime privilegio.
Nuestros ancestrales delitos y pecados,
siguen latentes en nuestra alma.
Y es que, oh Señor, los únicos bienaventurados,
serán los que obedezcan con máxima pureza la Sagrada Palabra.
Oh Sumo Alfarero,
con extrema delicadeza moldeaste lo natural, para darnos entendimiento acerca de lo sobrenatural.
Y así en el dia postrero,
podremos morar eternamente en la nueva Jerusalén celestial.
Paz de Cristo
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