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domingo, 5 de julio de 2020

SALMO 32:11 EN CRISTO

Alegraos en Jehová y gozaos, justos; y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.
El ser humano es prosaico hasta lo indecible.
Y no entiende, oh Señor, a la sazón,
que tu eternidad es inmedible.

¿Si la humanidad resucitara siete veces, llegaría al conocimiento de la verdad en Cristo?
¿Por qué tal vez así entenderíamos, que Dios nos ha formado para sojuzgar su creación?
Y recibimos poder, oh Rey de la gloria, cuando en el día de Pentecostés aconteció tu Santo Espíritu;
porque de la sabiduría de lo alto descendió el don perfecto, que de gracia nos dará la postrera victoria de eterna salvación.

En su aberración el hombre destruye lo sobrenatural, oh Alfa y Omega, 
para buscar refugio en el fango inmundo. 
Y del texto bíblico ha de saber: Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
Porque únicamente tu excelsa diestra, oh Señor, lo redimirá del obscurantismo moribundo.

La Biblia asevera: La oración eficaz del justo puede mucho.
Has de menguar hasta lo más insignificante, para ver al Todopderoso Señor Jesucristo en las alturas.
En la instrucción de resitid al maligno, vive, oh Alto y Sublime, la santidad del discipulo,
que persevera en la obediencia de tus buenas nuevas.

Jesús, dijo: Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
No podra ser disuasoria ninguna excusa en la salvación del alma;
porque, oh Señor, tus hijos escogidos 
se someterán también al juicio de la Palabra.
                              Paz de Cristo 









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