Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
En la asechanza del maligno nada se sustenta.
Y únicamente, oh Rey de la gloria, veré el resplandor de tu majestuosa luz,
cuando mi verdadero refugio sea tu excelsa diestra.
Hasta este momento, nunca habías tenido la sagrada percepción que emana del santuario eterno.
Sí, has sentido en lo más profundo de tu alma el llamado del Rey de reyes y Señor de señores.
Y es que, del cielo desciende toda buena dádiva y todo don perfecto,
que son las sobrenaturales bendiciones.
Jesús, dijo: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.
Y el Verbo en carne manifestado,
fue Dios en la humanidad; y con suma obediencia se humilló hasta lo sumo en su muerte, y muerte de cruz, para que se cumpliera el Sagrado Escrito.
Y también: Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Porque Él suplirá toda verdad.
Y por la Sagrada Palabra, llama a las cosas que no son como si fueran, de hecho;
y que por gracia obra en la eternidad.
Concebir la paz del Sumo Hacedor,
nos da la santísima visión de eterna gloria.
No exite otro vínculo perfecto, sino el amor,
para morar en el paraíso de la final victoria.
Paz de Cristo
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