Jesús, dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazon está lejos de mí.
Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
La opacidad del ser humano, no percibe la Divinidad del reino que se ha acercado; hasta el punto de emplear una conducta sórdida y ruín.
Y de adulterar, oh Señor, lo que son tus sagrados bienes.
La naturaleza pecaminosa de la hunanidad,
nunca podrá tener la gloriosa visión de Cristo Jesús.
Si tú pudieras añadir un palmo a tu estatura, verías la eternidad.
Pero en tu incircunciso corazón existe el ancestral fariseísmo, que le impide ver la santísima luz.
La Biblia dice: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Sentir verdadera piedad por las vicisitudes que el hermano padece;
es no ser solo meros espectadores de la Palabra, sino santos hacedores de lo que de ella oyereis.
Y Jesús aseveró: Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
Oh Rey de reyes, tu gloria anhelo ver en la conversion de lo moribundo,
para que la tierra rebose, oh Señor de señores, de tu fragante olor celestial.
Regocijarse en el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
no tiene límites.
Y del Santo Espíritu,
es la fuente de bendición eterna, por la que tú vives.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario