La Palabra revierte toda asechanza del padre de mentira,
aunque la enmascare en una prodigiosa certidumbre.
Y únicamente el que con santidad mira,
es digno de que el sagrado milagro le haga al maligno inmune.
La Biblia dice: Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Acercáos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble animo, purificad vuestros corazones.
Linaje de Cristo son los santificados,
que con el espíritu quebrantado elevan al cielo sus incensadas oraciones.
Y también: Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
Buscad el rostro del Omnipotente Salvador en la misteriosa intimidad de la poesía,
para posar la visión humana en la eternidad.
La exponencial escalada de la mundanal inmundicia,
delimita de manera definitoria la sima entre el cielo y el infierno.
Inexpugnable es la senda angosta, del que no se apoya en su propia prudencia,
para dar sagrado valor al Evangelio eterno.
La firmeza en Cristo Jesús,
es la plenitud de interiorizar su adoración.
Porque nunca percibiras tan majestuosa luz,
que la que emana de su gloriosa salvación.
Paz de Cristo
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