Losa de incredulidad, en Cristo,
es la idolatría;
solo el Santo Espíritu,
da el don de la Fe al que en el Señor se gloría.
Las estatuas son abominación bíblica.
Creer en el Señor,
no depende de la manifestación artística;
sino de la Todopoderosa Gracia de su Amor.
Desenmascarar al idolatra,
seria tanto como sepultar,
a todo el que de Jesucristo es apóstata;
y a través de su corazón le pueda amar.
En el Nombre de Jesús,
se doble toda rodilla;
porque su admirable Luz,
ha hecho visible la Creación y la Palabra Sagrada, ha dado Vida.
La Sana Doctrina es de los conversos,
a los que el Señor salvará;
porque la Fe es por oír la Palabra de Dios,
y hasta la última tilde se cumplirá.
Paz de Cristo
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