Si desvías tu corazón
y pones excusas, ante la Crucifixión de Cristo:
eres contrario a la Unción,
que derrama el Santo Espíritu.
Todo lo que posees, es de Jesucristo,
nada te pertenece:
entregárselo a Él con la Verdad del Espíritu,
que sobre las tinieblas prevalece.
El adversario, no puede intervenir,
en el resplandor de tu pensamiento;
porque a la Luz has de servir,
para abrir la Gloria del Firmamento.
La arquitectura de la Palabra,
se hace real en tu fe:
por ser Tú, oh Señor, la Roca que al discípulo ama,
y edificado de Gracia, ve.
En el Juicio del Señor,
recibirás recompensa;
si tu amor,
en la Santísima Balanza, es oro de gran pureza.
Paz de Cristo
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