Oh Cristo, eres el Inmolado Cordero,
que pagó el mayor precio.
Y para ser de tu Gracia heredero,
en la Eterna Palabra, depositaste el oro del Santísimo ejemplo.
Oh Señor Jesús, dame de beber
el agua, para saciar la sed de tu siervo,
del Santo Manantial de poder,
que derramas desde el Cielo.
El Fruto del Espíritu,
nos hace un llamado,
para ser esclavos en Cristo,
y dar belleza manifiesta al discipulado.
Guárdate en su Espíritu,
adorale con el alma;
y sé el discípulo de Jesucristo,
que en su excelencia, ama.
Besa sus pies,
con tus lágrimas;
porque siervo del Siervo eres,
si puedes amar, y amas.
Paz de Cristo.
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