Si tu fidelidad es en Cristo,
nada se opondrá a predicar el Evangelio.
En el poder del Espíritu,
se vivifica nuestro privilegio.
Oh Alfa y Omega, somos saetas
con una dirección expresa.
Testigos fieles, que a las almas
ceñimos de Gracia, para que vean la Gloria Excelsa.
Tú eres un discípulo de los 70,
que envió Jesucristo, con un gran propósito: dar a conocer su Palabra.
Proclamad a Jesús, enseñando la máxima certeza:
que Él nos ama.
Llevais la semilla Santa
en vuestro corazón.
Sed aguerridos frente a la insolencia.
Sois testigos, por el Cielo escogidos, de la única Salvación.
A la tempestad
mando callar el Señor Jesús.
Anunciad la Eternidad,
para que los impíos se conviertan en Hijos de Luz.
Oh Cristo Jesús, Tú vives
hasta en lo ignoto del Universo.
Y tienes, oh Rey de reyes,
reservada una corona Eterna, para el alma arrepentida del inconverso.
Paz de Cristo
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