Oh Cristo, Tú me diste Vida,
inmerecidamente.
Al ser nuestra iniquidad bendecida,
por el Sacrificio de tu vida inocente.
Oh Señor Jesucristo, contumaces en la desobediencia,
dimos lugar al maligno.
Tu misericordia es esencia,
en las huellas indelebles del Camino.
Oh Señor Omnipotente, recibimos de Gracia,
y de Gracia damos.
Rebosa tu bondad, oh Jesús, con abundancia,
sentandonos contigo en los Lugares Celestiales. Y por el don de la fe, y no por obras, hemos sido salvos.
Oh Salvador, tu Sangre Preciosa,
redimió al incircunciso.
La Resurrección, manifestada con la máxima belleza,
nos la ofrendó Jesucristo.
Oh Santo de Israel, en el misterio Eterno,
escogiste la simiente Santa.
Y con la hechura del varón perfecto,
nos has convertido en tu Iglesia salva.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario