No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, Él os lo dé.
Somos heraldos de tu memoria, oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
Porque el que tu gloria ve,
gracia recibe del Santo Espíritu.
Y Jesús aseveró: De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores las hará, porque yo voy al Padre.
El Hijo del Hombre les hablaba de su soberana exaltación a la divinidad en las alturas de su majestuosa diestra.
Una unción sobrenatural has de ceñir al exhorto de la Palabra,
para concernir al oidor del pensamiento eterno.
Y no habrá ninguna concesión extemporánea,
que nos distraiga de lo que derrama el cielo.
¿Estás seguro de formar parte del arrebatamiento de la amada Iglesia?
¿Crees que Dios te ha concedido el poder de gobernar a los ángeles?
Y porque tal certeza únicamente está en su omnisciencia;
no hagas ningún desdén de sus misericordias y favores.
La Biblia dice: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Nada se contrapone a tal edificación.
Y el que se consagra a su cumplimiento, hoy;
te amará, oh Altísimo Señor, de todo su corazón.
Paz de Cristo
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