Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
No habremos de pasar por alto ninguna animadversión, que haga caso omiso de nuestro Señor Jesucristo.
Al ser manifiesto en la indiferencia del fatuo,
la inexistente unción del Santo Espíritu.
Predicad persistentemente en el nombre de Jesucristo,
el Evangelio de la gracia.
Y porque nada es imposible para el que creó el infinito;
tenemos la certeza, oh Señor, de que son nuevas tus misericordias cada mañana.
La mentira del mundo es contraria a la Cristocéntrica verdad;
siendo su execrable abominación, la que en el obscuro abismo es insensible al hedor.
Oh Cordero inmolado, la vida descubrimos en tu piedad;
y al vencer con tu muerte al imperio de la muerte, nos ofrendaste el perdón de tu majestuoso amor.
Jesús, dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.
Y es que, en nada más sagrado podré gloriarme;
porque el que cree en su nombre, aunque este muerto vivirá.
No pienses en ningún momento,
que has hecho méritos para morar en la gloria eterna.
Con lo exiguo que has provisto en pos de seguir al Fundamento;
para no caer, vela y ora hasta el fin; y será tu corona la postrera victoria.
Paz de Cristo
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